Navegando hasta Menorca desde Barcelona

Menorca – Barcelona, una ruta de cien millas

Si tienes la oportunidad de navegar fuera de los meses de verano, también tiene sus ventajas. No tiene precio poder llegar a Menorca y disfrutar de sus fantásticas calas absolutamente solos, sin otros barcos ni ruidos. Hoy descubriremos las virtudes de ir navegando hasta Menorca desde Barcelona fuera de temporada alta.

El primer contacto

Habíamos acordado encontrarnos en el Port El Masnou el jueves sobre las 18:00h. Allí llegaron los alumnos para realizar sus prácticas de navegación. Con este tipo de salidas de jueves a domingo consiguen su habilitación para poder navegar desde la península a Baleares. Además de ampliar su atribución para manejar embarcaciones hasta 24 metros de eslora. Además, realizando esta singladura, convalidan simultáneamente las 16 horas obligatorias de prácticas de vela y las 24 horas de habilitación.

 

A la hora acordada llegaron todos los alumnos con sus petates y mochilas. Estaban dispuestos a embarcar en nuestro velero escuela. Lo primero que solemos hacer es analizar entre todos el parte meteorológico. Eso ya es parte de su práctica. Entre todos se decide el destino y se comenta la seguridad en cuento a la singladura. Posteriormente se confecciona una Lista de la Compra. Se organizan para ir al supermercado más próximo y realizar la compra de la comida y bebida necesaria para este viaje. posteriormente se estiba y se arrancha convenientemente.

Con todos los alumnos de PER a bordo, y después de no haber atendido los habituales consejos de «no comprar demasiado que siempre sobra…», pusimos el velero a son de mar con todo perfectamente arranchado y estibado. En estas condiciones realizamos el breafing preceptivo en cualquier singladura repasando:

  • Elementos de Seguridad
  • Estanqueidad
  • Maniobra
  • Fondeo

Llamada a Salvamento Marítimo para comunicar las prácticas. Y sobre las 20:30h pusimos rumbo 135º a Punta Nati en Menorca.

La aventura empieza: Navegando con delfines

Las primeras millas transcurrieron de forma tranquila. Un grupo de cuatro delfines se incorporó a nuestra proa a las pocas millas de haber zarpado. También pudimos disfrutar de un viento entre el tercer y cuarto cuadrante,  que nos impulsaba a unos buenos 8 nudos de velocidad con un cómodo través. Eso de no ser por una ola formada con una altura de 1,2 metros con un periodo corto que se traducía a la postre en una navegación rápida. Pero incómoda.

Pasamos toda la noche con pequeñas variaciones en cuanto a la dirección del viento. Y cuando la intensidad de eolo disminuía, poníamos en marcha el motor para compensar la bajada de velocidad con el viento de bodega. Pero siempre pudimos mantener tanto la vela mayor como la trinqueta que llevamos como vela de proa.

Verónica, la única chica a bordo, fue la peor parada en esta singladura. Ya que a pesar de sus muchas horas de vuelo como azafata de una conocida línea aérea, lo de los barcos es un movimiento muy distinto. Y pasó una noche bastante mareada. No obstante, tal y como aposté con ella, a nuestro regreso eso ya no le iba a pasar porque estaría totalmente marinizada…como así fue.

Cala Pregonda

Conforme íbamos ganado millas a la costa que ya teníamos en nuestra proa, la isla de Menorca se nos iba descubriendo. Finalmente optamos por fondear en Cala Pregonda ya que ofrece un excelente abrigo al SW que estaba soplando en torno a los 15 nudos.

Llegar a Pregonda y no encontrar ningún barco fondeado ni nadie en la playa es maravilloso. Es una de esas recompensas que tiene navegar fuera de los meses estivales. Después de realizar la práctica de fondeo con los alumnos y verificar que el barco no garreaba, dispusimos una mesa en la bañera para tomar nuestro copioso y merecido almuerzo.

Sobre las 16:30h levantamos el hierro y pusimos proa al bonito pueblo de Fornells. Con el objetivo de recalar en su pequeño puerto. Impensable ni siquiera llamar en verano por su segura indisponibilidad. Con extremo cuidado, dada la escasa sonda de su tenedero, atracamos en punta de proa ya que de popa sería totalmente imposible. La sonda de nuestro display marcaba tan sólo o,2 m. de agua libre desde la quilla, pero nos tranquiliza saber que la marea estaba en su momento más bajo.

Cena en uno de sus excelente restaurantes y a dormir temprano porque quien más quien menos necesitaba un sueño reparador para compensar las horas sin dormir.

A la mañana siguiente compra de las típicas ensaimadas, verificación de nuevo de todos los elementos del Breafing, ¡y a navegar! El mar estaba peor de lo que suponía el parte de AEMET, y el NW había formado un mar bastante movidito. Decidimos volver a Pregonda, ya que era el único tenedero en la zona que nos ofrecía un buen abrigo para seguir realizando nuestras prácticas y preparar la singladura de regreso.

El regreso

Después de preparar la comida y la cena que íbamos a tomar durante la navegación, verificamos de nuevo el parte meteorológico y sobre las 12:30h pusimos proa a Barcelona. Hasta bien entrada la tarde pudimos disfrutar de un viento de NW que aunque no nos daba rumbo directo, nos permitía ir rápidos ciñendo al viento con mayor algo enrrollada y el 100% de la vela de proa.

Llegada la noche el viento fue cayendo y el mar afortunadamente también. Noche tranquila con el régimen normal de guardias y excelentes prácticas de Radar, AIS, vela, y navegación nocturna para los alumnos.

A las 09:00h de la mañana dimos por concluida nuestra práctica amarrados en Masnou.

Si quieres vivir lo bonito de ir navegando hasta Menorca desde Barcelona, apúntate a nuestro próximo viaje, donde daremos la vuelta a menorca en velero.

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